El anverso presenta el retrato del rey Eduardo VII, diseñado por George William de Saulles, mientras que el reverso mantiene la icónica imagen de San Jorge y el dragón, obra de Benedetto Pistrucci. Estas monedas son valoradas tanto por su riqueza histórica como por su utilidad como activo de inversión en oro físico.
Perfecta para coleccionistas, apasionados por la numismática y quienes desean invertir en oro con valor histórico añadido.